Los equipos negociadores de Kiev y el de Moscú concluyeron este miércoles 23 de julio en Estambul, Turquía, su tercera ronda de conversaciones directas, desde los diálogos infructuosos de los dos últimos meses.
A esta ronda llegaron con bajas expectativas sobre un posible alto el fuego por el que presiona el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dadas las
exigencias rusas de mantener los territorios capturados, entre otras medidas, mientras las tropas del Kremlin mantienen los ataques en territorio ucraniano.
Al término del encuentro, una fuente oficial del bando ruso aseguró que
Moscú propuso un cese de hostilidades de 24 a 48 horas.Además, las partes habrían acordado nuevos intercambios de prisioneros, lo que incluye tanto a civiles como militares. Un anuncio similar con el que concluyeron los dos encuentros anteriores, los cuales no arrojaron resultados sobre una vía que conduzca a un alto el fuego, el principal objetivo de los diálogos.
Por el lado ucraniano,
una fuente del equipo negociador aseguró Kiev sugirió un encuentro entre Zelenski y Putin antes de final de agosto.
Antes del encuentro, ya se esperaba un tenso intento de negociación. Para empezar, Rusia minimizó las expectativas de cualquier avance en el encuentro.
"Naturalmente, nadie espera un camino fácil. Naturalmente, esta será una conversación muy difícil. Los proyectos (de ambas partes) son diametralmente opuestos", subrayó en las últimas horas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El martes, en la víspera de los diálogos, Moscú ya había señalado que no se podían esperar “milagros” de la reunión.
Por su parte,
el presidente ucraniano declaró esta semana que la cita debería centrarse en parte en la preparación de una cumbre entre él y el presidente Putin. Uno que Rusia ya ha rechazado anteriormente.
Las conversaciones anteriores —el pasado 16 de mayo y el 2 de julio—, las primeras de forma directa desde los inicios de la invasión rusa,
resultaron infructuosas en el centro del asunto: alcanzar un acuerdo que conduzca a un alto el fuego. En cambio, se limitaron a pactar intercambios de soldados presos y la entrega de militares muertos durante el conflicto en curso.
Pese a que se prevé pocos o nulos alcances con las conversaciones de este miércoles, las dos partes llegan a la mesa después de que el pasado 14 de julio el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazara con imponer “aranceles del 100%” a Rusia si no alcanzaba a un acuerdo sobre una posible tregua en un plazo de 50 día.
¿Cuáles son los puntos de discordia y las exigencias de Moscú para un alto el fuego?
Las dificultades radican en reiteradas exigencias de Rusia sobre el territorio de su vecino país que Ucrania ya ha calificado de inaceptables.
Según un documento expuesto por la delegación del Kremlin al término de la segunda ronda de conversaciones, el pasado 2 de junio, el Kremlin presentó a su contraparte dos propuestas para cesar los ataques:
La primera requeriría que Ucrania inicie la retirada completa de todas sus fuerzas de cuatro regiones de su propio país: Donetsk y Lugansk, en el este, y Jersón y Zaporizhia, en el sur, que Rusia ha reclamado como propias, según reportó la agencia de noticias RIA.
La segunda opción presentada en el llamado "memorando de paz" es un paquete de medidas con las que Moscú presiona a la nación atacada para que detenga sus esfuerzos de movilización y congele el suministro de armas occidentales, condiciones sugeridas previamente por el presidente ruso, Vladímir Putin.
Sin embargo, de esos territorios, el Ejército de Moscú controla completamente el primero, pero solo posee alrededor del 70% del resto.
El documento propone que Kiev detenga cualquier redespliegue de fuerzas y prohíba la presencia militar de terceros países en su territorio como condiciones para el cese de las hostilidades.
Asimismo, el texto ruso sugirió que Ucrania ponga fin a la ley marcial y celebre elecciones presidenciales y parlamentarias en un plazo de 100 días. Tras ese eventual escenario, indica, ambos países podrían firmar un tratado de paz integral que permitiría a Kiev declarar su neutralidad, abandonar su intento de unirse a la OTAN, establecer límites al tamaño de sus Fuerzas Armadas y reconocer el ruso como idioma oficial del país, al igual que el ucraniano.
Estos términos, presentados formalmente por Moscú en Estambul, ponen de relieve la negativa de Putin a ceder en sus antiguos objetivos bélicos, a pesar de los llamados del presidente estadounidense, Donald Trump, para acabar la "matanza" en Ucrania.
El Gobierno de Volodímir Zelenski ha rechazado reiteradamente las condiciones en las que Moscú insiste, al considerarlas una rendición.
Fuente: France 24
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