Durante una conversación telefónica entre funcionarios estadounidenses e israelíes que tuvo lugar el jueves, el vicepresidente de EE.UU., James D. Vance, descartó que Washington deba inmiscuirse directamente en el conflicto entre Tel Aviv y Teherán, reporta Reuters.

De acuerdo con la agencia, Vance respondió a los funcionarios israelíes que participaron en la llamada, entre ellos el primer ministro del país, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Defensa, Israel Katz, que EE.UU. no debería unirse al esfuerzo bélico del país hebreo directamente, e insinuó en este sentido que Israel quiere arrastrar al país norteamericano a la guerra.

Del lado estadounidense también participó en la llamada el secretario de Defensa, Pete Hegseth; no obstante, no se detalla qué opinión expresó.

Reuters recuerda que, aunque Vance ha criticado en repetidas ocasiones la implicación de EE.UU. en conflictos pasados, como los de Irak y Afganistán, últimamente ha defendido al presidente Donald Trump frente a sus críticos republicanos que instan a la Administración a mantenerse alejada del conflicto entre Israel e Irán.

Durante su campaña electoral, Donald Trump prometió mantener a su país alejado de las guerras en el extranjero; no obstante, ahora se muestra indeciso sobre si debe sumarse al esfuerzo bélico israelí o mejor enfocarse en los medios diplomáticos para poner fin al programa nuclear iraní. Recientemente, la Casa Blanca informó que Trump prometió tomar la decisión sobre Irán dentro de dos semanas.

A su vez, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Seyed Abbas Araghchi, afirmó este sábado que Teherán está dispuesto a una solución negociada, igual que en 2015, sin embargo, Israel está claramente en contra de la diplomacia. Asimismo, aseveró que Estados Unidos ha estado implicado en la agresión desde el primer día. "Por desgracia, hemos oído que Estados Unidos podría unirse a esta agresión. Eso sería muy desafortunado y creo que muy, muy peligroso para todos", subrayó el canciller iraní.

Anteriormente, también enfatizó que su nación no abandonaría por completo el enriquecimiento de uranio, como lo exigió Trump, subrayando que un "enriquecimiento cero es imposible".