La semana pasada, los Estados Unidos concedieron a Chevron una licencia de seis meses que le autorizaba a desempeñar un papel más amplio en los proyectos existentes en Venezuela, sancionada por los Estados Unidos, un paso para alentar las conversaciones políticas entre el gobierno del Presidente Nicolas Maduro y la oposición del país hacia las elecciones.

Los contratos incluyen las empresas conjuntas PDVSA-Chevron Petroboscan y Petropiar, dijeron los funcionarios. Se espera que los acuerdos ayuden a restablecer la producción perdida, recuperar la deuda adeudada a Chevron y generar más empleos. En la actualidad, los proyectos están produciendo unos 100.000 barriles diarios de crudo (bpd), dejando espacio para un rápido aumento.

El evento tuvo lugar en la sede de Caracas de PDVSA y contó con la asistencia del Presidente de El Aissami, Chevron para Venezuela, Javier La Rosa y el presidente de PDVSA Asdrubal Chavez. No se dieron a conocer otros detalles de los acuerdos.

Chevron tampoco ha hecho público el contenido de un preacuerdo con PDVSA que utilizó para solicitar la licencia de los EEUU Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro (OFAC). La autorización fue requerida debido a EE. UU. sanciones en el sector petrolero de PDVSA y Venezuela.

A principios de este año, la OFAC autorizó a Chevron a celebrar reuniones con funcionarios venezolanos, incluidas personas específicamente sancionadas por Washington, como El Aissami.

Chevron CEO Michael Wirth el jueves dijo que es poco probable que la compañía agregue inversión en los próximos seis meses con Washington en busca de nuevos acontecimientos políticos antes de que esté de acuerdo en pasos para aumentar la producción y ampliar las operaciones.

La licencia, que le dio una luz verde a Chevron por comerciar con crudo venezolano en los Estados Unidos, no permite regalías ni ningún otro pago de impuestos a Venezuela como una forma de evitar el producto de las ventas que llegan a los coffers de Maduro.