El
primer cohete espacial australiano fue "víctima" de un sabotaje aviar. Una cacatúa se convirtió en la principal sospechosa de estar detrás de la falla eléctrica que dejó en tierra el sueño espacial de
Gilmour Space Technologies, a punto de hacer historia el pasado 15 de mayo con el esperado lanzamiento del Eris.
La nave iba a ser lanzada desde un campo de ganado en Bowen,
Queensland, pero la misión fue abortada al detectarse un error en el sistema de soporte terrestre. El lanzamiento se reprogramó para el día siguiente, pero se produjo una anomalía: se abrió la nariz del cohete por un fallo eléctrico.
La escena reveló al principal sospechoso: una cacatúa sorprendida en pleno festín de cables. Cuando todo parecía listo para que la tecnología australiana despegara, la invasora de plumas blancas y pico afilado ya rondaba por allí.
La compañía no tardó en compartir en las redes la foto del ave traviesa en plena faena, mordiendo despreocupadamente los componentes del sistema. "No decimos que sea la causa principal de nuestros problemas eléctricos, pero tampoco lo descartamos", señaló un portavoz de la empresa.
Posteriormente aclararon que "la cacatúa no fue la causa principal de la anomalía", pero, aun así, la lucha fue real, confesaron.
Adam Gilmour, director ejecutivo de Gilmour Space, aseguró que, aunque la situación fue inesperada, ya están trabajando para resolverla y volverán a intentarlo muy pronto. "Esto también forma parte del viaje", declaró.
Fuente: Actualidad RT
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